Cuentan los que estuvieron en la cena de falleros de honor que por en medio de las mesas circulaban, y con bufanda, toda suerte de pingüinos, incluso algú león marino. Dicen que vieron hasta un oso polar y cuentas que de postre... heladitos. En las mesas llevaban el abrigo a modo de embozo, cual capa antes de Esquilache y su motín. Las emotivas palabras de Vicente a Amparito pusieron un poco de calor en los presentes, y Manolo, con sus cloxines, nos hizo pasar un buen rato.
El acto bien, y simpático estuvo el remedo de Eugenio y un a modo de Don Pío que contaba chistes de brusó faller. Pero al aplaudir dolían las manos, y era el frío. El "saben aquel que diu......" y los chistes de retors dieron calor a la noche.
Anoche la etapa prólogo estuvo regia aunque no hubo lleno. La cena abundaba en las mesas, longanizas, esgarraet y los famosos caracoles.
Y hubo lectura de llibret. Manolo hasta nos cantó el cocidito madrileño cual si de Pepe Blanco se tratara (el taxista, el de Carmen Morell, no nos confundamos) y nos contó las excelencias de la clotxina valenciana, entre el jolgorio y asentimiento general de la muchachada (no sé si Nui).
Luego vino el desmadre y la discotheque, y ese juego de luces. Y los cubatas y el ron añejo. Y el güisquís. Buen ambiente que hace prever unas buenas fallas.
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New skin for the old ceremony, rezaba aquel álbum de Leonard Cohen. Y en la falla se cumple a rajatabla un año tras otro.
Y el Presi, que se nos pone ñoño por ese himno cantado de verité. Qué grande el Martí.
Mañana más. Será el Orihuela Day, con ese olorcito que impregnará los vaqueros y el blusón, la partida de dominó y la tarde entre futbolera y espectante, que toca a los infantiles su sopar de germanor y la plantà. Te toca, Lydia.
Y el Presi, que se nos pone ñoño por ese himno cantado de verité. Qué grande el Martí.
Mañana más. Será el Orihuela Day, con ese olorcito que impregnará los vaqueros y el blusón, la partida de dominó y la tarde entre futbolera y espectante, que toca a los infantiles su sopar de germanor y la plantà. Te toca, Lydia.
1 comentario:
Dos bajas, dos, hubo en la etapa prólogo. Las crónicas apuntan a que la culpa la tuvieron los caracoles, aunque hay quien dice que fueron los hielos, que los carga el diablo.
José Miguel y Carlos, qué poca vergüenza, caídos en el arcén, a la primera curva.
Aunque peor fue lo de Bernedín, que se lesionó en el entrenamiento.
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